jueves, 19 de agosto de 2010

Yo no quiero un amor civilizado con recibos y escena del sofá; yo no quiero que viajes al pasado y vueltas del mercado con ganas de llorar. Yo no quiero vecinas con pucheros; yo no quiero sembrar ni compartir; yo no quiero catorce de febrero, ni cumpleaños feliz. Yo no quiero cargar con tus maletas; yo no quiero que elijas mi champú; yo no quiero mudarme de planeta, ni brindar a tu salud. Yo no quiero juntar para mañana, no me pidas llegar a fin de mes; yo no quiero comerme una manzana, dos veces por semana, estoy sin ganas de comer. Yo no quiero calor de invernadero; yo no quiero besar tu cicatriz; yo no quiero París con aguacero, ni Venecia sin ti. No me esperes a las doce en el juzgado; no me digas "volvamos a empezar"; yo no quiero ni libre ni ocupado, ni carne ni pescado, ni orgullo ni piedad. Yo no quiero saber por qué lo hiciste; yo no quiero contigo ni sin ti; lo que yo quiero, muchacho de ojos tristes, es que mueras por mí. Yo no quiero domingos por la tarde; yo no quiero columpio en el jardin; lo que yo quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí. Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere, mata; porque amores que matan nunca mueren.

No hay comentarios:

Publicar un comentario