domingo, 17 de octubre de 2010

Ellos siempre tienen un mismo objetivo sin importar como queden ellas: su placer

"Ya llevaban tres salidas juntos, contando ésta. Estaban en un bar cualquiera, sentados en el medio del salón y sin hablar de nada en particular cuando él decidió colarse en la cocina del lugar. Ella, claro, al principio se resistió. Luego, ya engatusada por las constantes actitudes atrevidas del chico, como le decía, terminó caminando junto a él hacia la barra."

Ella ya estaba considerando avanzar nuevos pasos en la relación
, aunque sea a futuro, y hasta creyó que podría ser novia de aquél alocado chico que conoció casi de casualidad. En un punto fue gracias a su innegable cualidad de mujer, esa de entregarse al amor ideal en cuanto aparentara acercarse un poco, y por otro lado, estaba segura de que nunca se aburriría de las bromas y la forma de ser de él.


Él estaba seguro que luego de la tercer cita
, y habiéndola visto más de quince veces en días casi consecutivos, todas las tardes de lunes a viernes, estaba seguro de que esa noche era la perfecta para cumplir su objetivo: Sexo y adiós.

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